domingo, 17 de marzo de 2013

Y otras maneras de morir.

—Si lo haces me enamorarás.

—Entonces no pienso hacerlo.

—¿Por qué?

—Porque luego me enamorarías tú a mí.

—¿Y qué tiene eso de malo?

—¿Qué tiene de bueno?

—Pues que te haría increíblemente feliz.








True.


Serendipity.

A día de hoy no tengo claro si el destino existe, si hay algo que determina nuestros pasos, señales que de manera inconsciente van marcando nuestro camino.
Pero si es así, supongo que lo único que puedo hacer es dejarme llevar y esperar a que algún día, en el momento idóneo y a la hora exacta, aparezca la persona adecuada para mí, y quien sabe, quizás seas
Y si no lo eres, ya llegará. Eso es algo que tengo más que claro.


Goodbye my lover.

Entonces llega el momento en el que te das cuenta de que las perfectas historias de amor no existen.
Y de repente vacío, miedo, confusión, rabia, ganas de llorar... E intentas buscar el motivo.

¿Por qué?
¿Es mi culpa?
¿Qué hice mal?
¿Seré yo el problema de todo?
¿Qué tienen ellas que no tenga yo?

Llegas a despreciarte tanto a ti misma que no te das cuenta de lo absurda que es la situación.
Y es que el problema no eres tú, sino él.

Tú eres genial y cualquiera daría lo que fuera por estar a tu lado.
Simplemente te mereces a alguien mejor, alguien que sepa valorarte de verdad, alguien que te haga feliz.

A pesar de todo tú fuiste el único para mí.